Jungle trek en Bukit Lawang

En pleno corazón de Sumatra, Bukit Lawang sigue siendo un reducto lleno de paz en medio de la selva; allí hemos visto algunos ejemplares de orangután, monos e incluso varanos. Dicen que hay también cobras, tigres y demás bichos exóticos que no lamento no haber encontrado.

Nuestra visita a Bukit Lawang fue un poco breve, apenas estuvimos cuatro dias allí, pero fueron suficientes para quedarme enamorada de este sitio y no poder olvidarlo nunca. Creo que éste fue uno de los paisajes más bonitos que he visto en mi vida.

Para llegar a Bukit Lawang hay que viajar primero a Medan en la isla de Sumatra (Indonesia) y desde allí viajar unas 2 horas en coche hasta llegar a Bukit Lawang. En transporte público es complicado llegar ya que existen pocos autobuses y la estación está a un par de kilómetros del pueblo.

El pueblo es muy pequeño, sólo son algunas casitas al lado del río. Eso sí, todas preciosas y de lo más rústico y silvestre. Nuestro alojamiento fue un resort llamado Jungle Inn y creo que teníamos la mejor habitación de todo el pueblo a pesar de no contar con agua caliente.

Pronto preparamos nuestro treking por la selva, sólo 25€ para un trekking de 2 días con noche en la jungla incluyendo comidas y rafting. No miramos mucho los precios ya que nos pareció barato y conocíamos la fama del guía del Jungle Inn (parecía ser uno de los mejores según internet).

La primera noche cenamos a oscuras ya que en Bukit Lawang la luz se va continuamente, no hay cobertura de móvil, ni televisión ni casi contacto con el mundo; es más como una mezcla entre colonia hippie y ecoturismo, la gente canta y se relaja junto al río disfrutando de la naturaleza.

Por la mañana, empezamos el trekking y nuestro guía, Darwin, era un chico que parecía salido de la película del libro de la selva. La gente de Sumatra es, sin duda, como me imaginaba que serían: son simpáticos, cercanos y muy amigables.

En fín, Darwin nos llevó todo el  día montaña arriba y montaña abajo, alejándonos de los turistas ruidosos y en busca de algún orangután. Tardamos un par de horas en toparnos con uno de ellos y Darwin nos explicó que los orangutanes son seres independientes, que no les gusta ir en manada. Nos habló de las inundaciones que había sufrido el pueblo y de cómo, poco a poco, estaban consiguiendo reconstruirlo...En fin, la charla fue muy larga tras toda la mañana en la selva.

Paramos a comer al lado de un arroyo y Darwin nos dio Nasi Goreng, tapioca y piña. Pronto nos fijamos que en el agua había una extraña tortuga que parecía no haberse percatado de nuestra compañia. En la selva de Sumatra todo es grande y extraño, las hormigas tienen ocho veces su tamaño y los lagartos miden metro y medio.No hay nada que no te llame la atención en la jungla todo es diferente a como lo vemos aquí.

A media tarde llegamos al campamento, creo que estaba agotada tras todo el dia recorriendo la selva en busca de orangutanes y animales que no me había imaginado nunca. Hay que estar muy en forma para aguantar un trekking por la selva ya que, a pesar de los bichos y mosquitos, hay lianas y raices por todos lados, siempre hay que mirar donde colocas los pies, tener cuidado con no resbalar, no tropezar con las raices, no puedes tocar los árboles, etc...Sí, un trekking en la selva es complicado, demasiado duro sobre todo si vas todo el rato pensando en que te va a caer una serpiente de un árbol...

Cuando llegamos al campamento estábamos exhaustos, yo por lo menos no sentía casi los pies. El campamento eran simplemente unas lonas colocadas por si llovía, claramente no protegía mucho de serpientes, varanos ni demás bichos que pudiese haber por allí. Al llegar nos dimos un gran baño en el río mientras nuestro chef preparaba la cena.

Por la noche, jugamos a juegos de cartas y de estrategía, nos reímos y hablamos de lo diferentes que eran nuestras vidas, nuestras ideas, nuestras religiones y nuestras visiones del mundo. Todo parecía mucho más sencillo siendo un jungle boy, viviendo sólo por lo necesario, sin preocupaciones, disfrutando de la naturaleza y sin ser un esclavo del tiempo y los horarios. En fín, es dura la vida en la selva, pero es mucho más bonita que la vida consumista y occidental que conocemos.

Por la mañana nos levantamos prontito, yo preferí no hacer trekking y disfrutar del río y la tranquilidad, no dormí demasiado esa noche pensando en varanos y serpientes con lo cual preferí descansar hasta la hora de regreso.

Al rafting en Bukit Lawang lo llaman tube y consiste en descender el río en varios neumáticos atados entre sí, es muy divertido pero, por supuesto, no hay chalecos salvavidas ni ninguna medida de protección lo que lo hace aún más arriesgado y divertido.

En Bukit Lawang se puede vivir una auténtica aventura, se conoce más a fondo la naturaleza, no hay reglas, no hay preocupaciones y la gente es cercana y amigable. Bukit Lawang es la jungla!!!!!!